viernes, 15 de octubre de 2010
Carl Gustav Jung, Los "arquetipos" y el "inconsciente colectivo
Jung había nacido el 26.07.1875 en la aldea suiza de Kesswil, hijo de un pastor con quien recorrió muchas parroquias. Tendió desde pequeño a la introspección, alentado por las discordias parentales y el humor inestable de la madre. Su fantasía estuvo alimentada por lecturas voraces y el ambiente teológico en que vivía. Se consideraba diferente a los niños de su edad, pero esto no le impedía tener amigos, en quienes dejaba impresiones muy contradictorias: sociable pero difícil; divertido por momentos y a veces taciturno; aparentemente seguro de si pero vulnerable a la crítica. Ya psiquiatra, parecía sereno pero a veces lo atormentaban profundas crisis religiosas. Tuvo sueños desconcertantes desde muy joven a los que mucho después, al escribir su altamente subjetivo y anecdótico autorretrato "Recuerdos, sueños, reflexiones", hizo aparecer como acontecimientos de singular significación. Inició estudios de medicina en Basilea en 1895, pero a pesar de su inclinación científica no perdió su interés por lo oculto, las religiones esotéricas y su desbocada fantasía. A fines de 1900 se sumó al personal del Burghölzli, que era la clínica psiquiátrica de la Universidad de Zurich. A pesar de la fama del sanatorio, Jung recordó sus primeros años allí como caracterizados por una rutina trivial y estéril, donde no tenía espacio para su excentricidad creadora. Sin embargo fue allí donde accedió al psicoanálisis: Bleuler, su prestigioso jefe, le pidió que reseñase "La interpretación de los sueños" para el cuerpo médico. El libro sobre los sueños y después los trabajos sobre la histeria dejaron su impronta en Jung, quien desde el comienzo fue un fervoroso partidario de la nueva disciplina. Aplicó con éxito los conceptos psicoanalíticos a la esquizofrenia (que en ese momento aún era demencia precoz) y elogió los aportes de Freud en su monografía "Psicología de la demencia precoz", de 1906. Ese mismo año le envió a Freud un ejemplar de "Estudios de asociación diagnóstica", obra que él había compilado. Pero no todo eran acuerdos con Freud. Jung no atribuía "al trauma sexual de la juventud la significación excluyente que en apariencia Freud le asigna"; y ésta sería la discrepancia que más tarde los separaría. La perspectiva de contar con un propagandista de la talla y el renombre de Jung en el extranjero era algo que a Freud lo seducía mucho. Se mostró cauto para no despertar sospechas de que pretendía un apostolado ciego, pero no dejó de hacerle saber que aunque él no viviera para ver el triunfo del psicoanálisis, esperaba que sus alumnos sí lo hicieran. Freud se preparaba para pasar la antorcha a manos más jóvenes y Jung parecía el heredero apropiado de la corona. Examinaron juntos la etiogenia sexual de las neurosis, se prestaron libros, comentaron casos. Jung era respetuoso pero no servil y Freud lo aceptó como un padre complaciente. En carta de 1910 a Ferenczi le decía: "No sea celoso e incluya a Jung en sus cálculos. Estoy más convencido que nunca que él es el hombre del futuro". En 1907 visitó por primera vez a Freud con su esposa y su colega Ludwig Binswanger. Se dedicaron a una orgía de conversaciones profesionales solo interrumpidas por las comidas y por la reunión de la SPM. Martin Freud recordó a Jung como un hombre verborrágico que solo hablaba de si mismo: "Nunca realizó el menor intento de entablar alguna conversación cortés con mamá o con nosotros, los chicos, sino que se limitaba a seguir el debate interrumpido por la cena. En esas ocasiones solo hablaba Jung, y papá con visible deleite, se contentaba con escuchar". Aunque Freud confiaba en Jung, interpretó que en uno de sus sueños aquel deseaba destronarlo. El debate que podía separarlos, acerca de la sexualidad, nunca se extinguió por completo. El trabajo de Abraham provocaba los celos de Jung, y él no se molestaba en ocultar eso ni la envidia que sentía por el respeto que Freud le tenía a aquel. Jung reconoció abiertamente en la "veneración" que sentía por Freud un cierto "entusiasmo religioso" que "a causa de su innegable matiz erótico" le parecía "repulsivo y ridículo". Lanzado a la confesión, le dijo a Freud que el origen de esos sentimientos estaba en un acontecimiento infantil: "de niño sucumbí a un ataque homosexual de un hombre al que antes había reverenciado". Freud le restó importancia porque discernía que una transferencia religiosa solo puede terminar en apostasía, de modo que su breve respuesta fue "Soy inadecuado como objeto de culto". En 1910 fue elegido presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional por aclamación, siendo reelegido en 1911. Pero a pesar de todos estos triunfos, la esposa de Jung estaba preocupada: "Me ha atormentado la idea de que su relación con mi esposo no es como podría y debería ser", le escribió a Freud. Las discrepancias ya habían aparecido y se notaban. Pero aún en 1912 Freud confiaba en el suizo y le decía que podía disentir con él sin mala conciencia. En 1912 Freud visitó a Binswanger en Küsnacht, pues aquel había sido operado de un tumor maligno, y no visitó a Jung que vivía a pocos kilómetros de allí. Jung se ofendió mucho y desde ese momento en distintas discusiones con Freud sacaba a relucir "el gesto de Kreuzlingen"(lugar donde Jung estaba cuando Freud no lo visitó en esa oportunidad). A fines de ese año se encontraron en una pequeña conferencia en Munich y Jung se disculpó. Pero esa reunión se vio malograda por uno de los desvanecimientos de Freud, el segundo en presencia de Jung. Otra vez habían tenido una animada discusión y una vez más Freud interpretó lo que Jung decía como revelador de un deseo de muerte dirigido contra él. Aunque había causas físicas en un segundo plano (fatiga, dolor de cabeza), Freud sabía que allí había un conflicto psicológico y Jung no era ajeno a ello. Dijo que allí había "elementos de neurosis" y Freud le contestó "que cada uno de nosotros se ocupe de su propia neurosis con más celo que la neurosis del prójimo". Hacia 1913 lo que Jung consideraba "nuestra concepción" en contraposición a Freud, era por ejemplo que la libido no era nada más que un fracaso nervioso frente a las verdades incómodas de las pulsiones sexuales que habitan al ser humano; y que el arquetipo es un principio fundamental de la creatividad, anclado en las cualidades raciales, una potencialidad humana manifestada en las religiones, los cuentos de hadas, los mitos, los sueños, las obras de arte y la literatura. su equivalente en biología es la "pauta de conducta". Mientras Freud opinaba que Jung se ocultaba detrás de "una nube religioso-libidinal", Jung le hacía saber en una carta de la Navidad de 1909: "Es un duro destino verse obligado a trabajar al lado del creador". La correspondencia entre ambos hombres fue decreciendo cada vez más pero esto no impidió que los dos concurrieran al Congreso Internacional de Munich de 1913. Según Freud, las sesiones fueron "agotadoras y nada ejemplares" y la presidencia de Jung había sido "inamistosa e incorrecta". Los votos de la reelección de Jung mostraron el descontento: 22 se abstuvieron como manifestación de protesta y 52 votaron por el candidato. Al final del congreso, Freud resumió: "Nos separamos sin ningún deseo de volver a vernos". En octubre Jung renunció como editor del Jahrbuch aduciendo razones de "naturaleza personal" y renunciando a una discusión pública. A fines de 1913 Freud había empezado a escribir lo que él denominó "la bomba": la "Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico" era un folleto en el que exponía su versión de los desacuerdos que habían estado carcomiendo al movimiento en los últimos años. Pero antes que "la bomba" explotara oficialmente, Jung presentó su renuncia a la Presidencia de la Asociación, el 20 de abril de 1914. Respecto a su relación con el nacionalsocialismo, recurrimos a un artículo de Arnold Künzli. El autor explicita que gracias a haber nacido hace mucho, tuvo la posibilidad de conocer personalmente a Jung y tener en sus años de juventud una nutrida correspondencia con él, así como haber participado en reuniones en las que Jung explicaba su "Psicología Profunda". Manifiesta que esta historia personal y el haberse ocupado en reiteradas oportunidades de las controversias en torno a Jung, lo autorizan en honor a la verdad , a contestar a algunas manifestaciones de Baumann en el referido artículo, así como a responder con documentos a manifestaciones sumamente unilaterales de diversos autores relativas a Jung. "Baumann escribe: "...totalmente tirado de los pelos es afirmar que Jung ...pretendía llevar a razonar a la mujer a través de la seducción, el maltrato y la violación". Pero es precisamente lo que Jung hacía. En 1951 escribió: "En la mujer el Eros forma su verdadera naturaleza, mientras el Logos es a menudo apenas una casualidad...Por más que su Eros aparezca gentil y bien dispuesto, no se conmoverá ante ningún tipo de lógica. En muchos casos el hombre tendrá la sensación (y no le faltará razón) que solo la seducción, el golpear y violar tendrán la necesaria fuerza de convicción" (Obras Completas 9/2, 24). ¿Totalmente tirado de los pelos, Sr. Baumann?...Más adelante Baumann se dirige contra el frecuente reproche de los autores freudianos..." de que Jung simpatizaba con el nacionalsocialismo, lo cual hace tiempo fue probado como falso". La verdad es que se trata de todo lo contrario. Yo no soy un autor freudiano y no participo de las luchas de sectas psicoanalíticas. Aquí se trata de la escueta y estricta verdad del comportamiento de Jung. Lo que esto quiera decir acerca de su psicología, lo elaborarán personas más aptas y competentes. El hecho es que Jung, fascinado por su teoría del inconsciente colectivo y los arquetipos, cayó bajo la égida de Hitler, el nacionalsocialismo y Mussolini. Ayudó incluso en las persecuciones a judíos y al antisemitismo racista con una dignificación desde su psicología profunda. Jung escribió en el año de ascensión al poder por parte de Hitler, en 1933, en un diario alemán acerca de "las realmente existentes ...diferencias de las psicologías germanas y judías", y en 1934 en el mismo periódico: "el inconsciente ario tiene un mayor potencial que el judío". Esto iba contra el judío Freud. Este no habría "conocido el alma germana". ¿Le habrá enseñado mejor la violenta aparición del nacionalsocialismo hacia el que la humanidad entera miraba con ojos asombrados?. ¿Dónde estaba la increíble potencia y fuerza cuando no había aún un nacionalsocialismo?. Y responderá: "Estaba escondida en el alma germana..."" "...hace poco apareció una carta de Jung a su alumno Wolfgang Kranefeld, un entonces conocido entusiasta del nazismo...allí Jung escribe: "hay que advertir al pueblo ario, que con Freud y Adler se predican puntos de vista específicos al judaísmo..., los cuales tienen un carácter esencialmente destructivo. Si este evangelio judío le gusta al gobierno de Adolf Hitler, y bueno, sea. Por otra parte también sería posible que al gobierno le molestara...". Que no es más ni menos que un azuzamiento a que Hitler prohíba la destructiva psicología de Freud y Adler..el "carácter destructivo" del espíritu judío era argumento prínceps de la propagandanazi-racista-antisemita." "En 1933 Jung dijo en una entrevista radial berlinesa que: "Como hace poco dijera Hitler, el Führer debe poder ser solitario y tener valor en poder proseguir solitariamente..Por ello el verdadero Führer es a la vez aquel que tiene el valor en si mismo, y no solo hacia los otros, y que puede mirarse a si mismo a los ojos". Seguía hablando luego de la "idea del ser del Führer", de la "aristocracia propia al Führer" y finalmente: "los tiempos de las masas siempre son tiempos del ser del Führer. Todo movimiento culmina orgánicamente en el Führer, que corporeiza todo el ser, sentido y meta del movimiento popular. Es una encarnación del alma del pueblo y su voz...solo en tiempos de paz sin metas crece la caótica conversación parlamentaria, que anuncia indefectiblemente la ausencia de un movimiento más profundo". Y nuevamente habla aquí de la necesidad de cuidarse del espíritu destructivo y la enemistad hacia la vida, de las psicologías de Freud y Adler." "En 1936, el año de las Olimpíadas en Berlín, Jung publicó su famoso "Himno a Wotan", el dios germano de la fuerza arrolladora, ese "liberador de las pasiones y deseos de lucha" a quien Jung promovió como arquetipo del "Dios germano", quien "explica más del nacionalsocialismo que todos los factores económicos, políticos y psicológicos". Esta simpatía de Jung por Wotan como "esencia básica del alma germana" aparece en cada frase". "En 1939 Jung declaraba a un periodista americano que en los ojos de Hitler había percibido a un visionario. Hitler sería el "altoparlante, que refuerza el inaudible murmullo del alma germana", sería como " un hombre que atiende el flujo de un rumor de la fuerza de fuente escondida". "En un desfile militar Hitler parece haber decepcionado a Jung, quien se vuelca entonces a Mussolini, del cual dice "el formato especial de un hombre verdadero. No pude evitar amar a Mussolini, su contagiosa energía, y elasticidad son contagiosas, cálidas y humanas"."...De todos modos," dice el autor del artículo, "a diferencia de los sectarios jungianos, Jung en una entrevista con el rabino Leo Baeck, luego de la guerra tuvo la lucidez de admitir: "Si, tuve un desliz". Incluso siguió en esta línea en un trabajo en el que dice que el nacionalsocialismo "fue el crimen más cruento de todos los tiempos". La cuestión que queda es saber la relación entre su "desliz" y su psicología". Jung murió en Küsnacht, Suiza, el 06.06.1961.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario